Cada vez más adultos en el mundo recurren a la educación con la aspiración de contar con los recursos que les permitan entender y adaptarse a un mundo en constante transformación.
Pero no aprenden igual que los niños y los jóvenes porque han superado la típica relación alumno/profesor, suelen tener objetivos muy claros y la iniciativa para alcanzarlos lo más rápidamente posible.
El adulto, al ser autónomo, requiere más que a un profesor a un guía, que los ayude a adquirir conocimientos, a lograr crecimiento personal y profesional, con la condición de que estos puedan ser puestos en práctica y aplicados a sus intereses personales.
Para el adulto, el estudio es un medio para resolver problemas y no espera otra cosa que soluciones a sus necesidades inmediatas.
¿Qué vamos a ver?
¿Cómo aprenden los adultos?
Algo que tenemos que tomar en cuenta cuando estamos en el proceso de coaching es que nuestros clientes están pasando por un proceso de aprendizaje en el adulto.
Ese proceso de aprendizaje es distinto porque, a diferencia de los niños, el adulto ya no es tan curioso, ya no tiene la mente tan abierta. No quiere cambiar y precisa entender cómo todo lo que aprende es aplicable a su vida, cómo traerlo a su “ahora” y cómo puede ayudarlo en el futuro.
Entonces, como coaches tenemos que saber y seguir los cuatro pasos fundamentales para el aprendizaje en el adulto en nuestras sesiones.
Los 4 pasos del aprendizaje adulto
1. La visualización de lo que se va a aprender.
Es importante que, al empezar la reunión, el cliente visualice qué es lo que vamos a hacer y cerciorarnos que la persona entienda en qué fase del proceso estamos.
2. Explicar la teoría.
Debemos explicar paso a paso la teoría, el concepto de lo que queremos que el cliente internalice de una manera interactiva, en la que no seamos los únicos que hablamos. Tenemos que propiciar una interacción entre ambos para que la persona pueda experimentar lo que se está aprendiendo.
3. Poner los conceptos en práctica.
Nuestro cliente tiene que estar claro sobre cómo aplicar la teoría en su vida de todos los días y cuáles recompensas y beneficios les va a traer, el poner en práctica los conceptos.
4. El proceso de reflexión.
Al final de la sesión siempre es importante reflexionar con el cliente sobre lo que aprendimos, que fue lo más impactante y cómo lo podemos usar.
Cuando hacemos ese proceso de reflexión, el aprendizaje se interioriza de verdad. Hemos expuesto la teoría y los conceptos para el entendimiento y la memoria, hemos explicado su ejecución práctica, pero es la reflexión la que los hace permanentes.
Entonces recuerda que al desarrollar tú práctica de coaching, tú cliente está pasando por un proceso de aprendizaje en el adulto y debes tener en cuenta las cuatro fases que te he mencionado para cada concepto que quieres que tu cliente interiorice.