De que nuestras decisiones sean correctas o no, dependerá si un negocio va hacia la quiebra o hacia al éxito. Por eso es tan importante que aprendas y desarrolles un sistema para la toma de decisiones.
¿Qué vamos a ver?
- Decisiones acertadas: ¿entrenamiento o instinto?
- ¿Cuál es el secreto del éxito?
- Descomponer las decisiones
- Un poderoso enemigo: El exceso de optimismo
- 3 Elementos claves al tomar decisiones
- Las cuatro trampas que te llevarán a tomar decisiones incorrectas.
- Importante a considerar “la estrategia de salida”
Decisiones acertadas: ¿entrenamiento o instinto?
Muchas veces creemos que las decisiones correctas provienen del instinto, que las personas que lo tienen aciertan y, en realidad, lo que les permite tomar decisiones correctas se debe a un proceso de entrenamiento. Por muchos años han tomado decisiones y su cerebro les hace sentir cuál es la decisión correcta muy rápidamente.
En tanto las decisiones que tomamos son consecuencia de nuestros estados emocionales, cuando creemos que deberíamos tomar una decisión y no otra, deberíamos someterla a un proceso que nos lleve a maximizar nuestras probabilidades.
¿Cuál es el secreto del éxito?
Hace años, un gran amigo mío, Douglas Izarra, quien llegó a ser vicepresidente Ejecutivo de General Electric en el área de aviación y turbinas, dio una conferencia justamente sobre el poder de tomar decisiones. Nos contó que una vez un periodista le preguntó cuál es el secreto del éxito, a lo cual contestó:
― ¿el secreto del éxito? Tres palabras: tomar decisiones correctas.
El periodista volvió a preguntar:
― Ok, pero, explícame, ¿cómo hago para tomar decisiones correctas?
Y Douglas respondió:
― Fácil. Tres palabras: con la experiencia.
Y de nuevo el periodista
― Con la experiencia, pero entonces explícame ¿cómo hago entonces para tener la experiencia?
Y otra vez Douglas
― Bueno… tres palabras: toma decisiones incorrectas.
Aunque Douglas veía con optimismo el futuro, tomar una decisión incorrecta puede ser catastrófico. Las consecuencias podrían ser tan graves que nos tomaría mucho tiempo poder levantarnos, por lo que no es aconsejable aprender solo de los fracasos.
Descomponer las decisiones
Cuando tenemos que tomar una decisión, es posible que podamos elegir entre dos o tres opciones o, simplemente, tener una: sí o no. En todo caso, el primer paso antes de tomarla es descomponerla en dos posibles resultados.
1.Si todo sale perfecto
Imaginemos que decidimos mudarnos a otra ciudad y conseguimos una casa más grande cercana a la playa o la montaña, pagamos menos alquiler o menos de hipoteca, conseguimos mejores colegios para los hijos, mejores trabajos y buenos amigos. En fin, todo sale perfecto.
2. Si todo sale mal
No se trata de generarnos más ansiedad ni crearnos una mentalidad negativa, pero qué pasa si nos mudamos y no conseguimos trabajo, si no hay buenos colegios, si no hacemos amigos y si el alquiler o la hipoteca son mucho más caros.
La ventaja de descomponer una decisión en “si todo sale mal”, es que te permite adoptar una mentalidad realista y contar con planes alternativos de acción.
Un poderoso enemigo: El exceso de optimismo
Uno de los grandes errores del emprendimiento es basar nuestras decisiones en lo que, por lo general, proviene de esos “gurús” dedicados a motivar e inspirar con frases como “tú puedes, no te caigas, entrégale tus sueños al universo y se alineará para que lo logres”. No tengo nada en contra, pero cuidado con el exceso de optimismo.
El exceso de optimismo puede crear puntos ciegos, aspectos que no ves a la hora de tomar una decisión y contar con que las cosas pueden salir mal.
3 Elementos claves al tomar decisiones
1. La importancia de contar con planes alternativos
Todos los grandes emprendedores que he conocido han sido personas que han tenido pensamientos realistas, han creado planes alternativos de acción y han manejado muy bien sus riesgos.
Volviendo al ejemplo de mudarse de ciudad, un plan alternativo sería pensar: ok, si no consigo trabajo, cuánto necesito ahorrar, cuánto es lo máximo que pagaría por un alquiler o una hipoteca, eligiendo un lugar más pequeño.
Si tenemos miedo de tomar una decisión, una de las maneras de eliminarlo es contar con planes alternativos de acción; si las cosas no salen como pensábamos, tenemos un plan B y si no, un plan C, eso hará que tu nivel de temor baje. Te dará mayor seguridad para tomar una decisión y moverte hacia adelante.
2. Evaluar la asimetría de una decisión
Una decisión es asimétrica cuando nuestra oportunidad de ganar si todo sale bien es mucho mayor que la pérdida que tendríamos si todo sale mal.
Un ejemplo, aunque extremo, es comprar un ticket de lotería que nos cuesta 10 dólares. Entonces, si sale bien, nos hacemos millonarios. Si sale mal, bueno… perdimos 10 dólares.
El poder asimétrico ocurre en cualquier decisión. Cuando Richard Branson comenzó con su aerolínea Virgin Airlines, acordó con las compañías que le vendían los aviones que, si la aerolínea no funcionaba, podía devolverlos. Fue una decisión asimétrica: si le iba bien ganaría mucho, si no, perdería dinero, pero no tanto como para quedar en la ruina.
3. Analizar qué no estoy viendo
Esta es otra pregunta muy importante que obligará a tu mente a buscar esos puntos ciegos que no estás viendo. Además, te permitirá protegerte de “lo tengo todo controlado”.
Es posible que, pasados unos días o semanas, luego de hacerte la pregunta y haber hecho balance entre simetría y asimetría, te des cuenta de que nada se te escapa y entonces podrás confirmar que tomaste la decisión correcta.
Las cuatro trampas que te llevarán a tomar decisiones incorrectas.
1. Selección limitada.
La primera trampa que es puedes estar viendo solo las opciones 1 y 2 cuando tienes que tomar una decisión, sin darte cuenta de que también existen la 3, la 4, la 5 y más: es decir, que no estás viendo la foto completa.
Las decisiones no tienen por qué ser binarias o estar sujetas a una selección limitada. Trata persistentemente de pensar en más opciones porque siempre las hay.
2. Auto confirmación de creencias.
Las personas tienden, a nivel subconsciente, a confirmar en todo momento sus propias creencias. Frases como “no hagas negocios con cierto tipo de personas porque nunca responden” o “ten cuidado con tal nacionalidad, no trabajes con esa gente”, son pensamientos limitantes y pueden ser peligrosos para tus los negocios y tus decisiones.
3. Emociones en el corto plazo.
Si sabes que puedes emocionarte con algo y después lo dejas, que no puedes controlarte y parra de comprar cuando estás en una página web o en un centro comercial, entonces tienes emociones a corto plazo y debes tratar de controlarlas para no ser víctima de decisiones incorrectas.
4. Confianza extrema.
La confianza extrema inevitablemente conduce al fracaso. Cuando sientes tanta confianza que crees no necesitar descomponer una decisión importante, cuando no sientes el más mínimo miedo, ten cuidado con la trampa de la confianza extrema.
Importante a considerar “la estrategia de salida”
Trata de establecer, de antemano, en qué momento dar un golpe de timón cuando nos percatamos que la decisión, o fue mala y debemos cambiar de rumbo (cerrar un negocio) o fue buena, pero se cumplió el tiempo que le diste (vender acciones así estén dando ganancias).
Esa estrategia te permitirá no tener que forzarte a tomar decisiones en medio de una crisis.
Te aseguro que cada aspecto de este proceso de descomponer y filtrar las trampas te llevará a una probable decisión exitosa.