Victor Hugo Manzanilla
Co-Fundador EGM™. Emprendedor en serie. Autor bestseller con 4 libros publicados. Ejecutivo con más de 15 años de experiencia en empresas Fortune 500. Su última empresa MicroSalt® cotiza en la bolsa de Londres por 20M. Graduado del programa Core de Negocios de la Universidad de Harvard y galardonado con el premio “Star Entrepreneur”. Actualmente es Mentor de varios negocios que facturan en conjunto más de $1billón de dólares al año.

Qué es ser emprendedor y tres habilidades que necesitas para ser uno

¿Qué significa ser emprendedor?

La palabra emprender viene del Latín “in” y “prendĕre” que en español significa “tomar”, por lo que el emprendedor es aquella persona que ve una oportunidad, va y la toma. Esa oportunidad es una necesidad que existe en el mercado y el emprendimiento es la manera de resolverla construyendo un negocio que nos deje una utilidad.

¿Quiénes están llamados a emprender?

Hace tiempo me encontré con una frase que decía “Casi todas las personas viven su vida en una silenciosa desesperación y se van a la tumba con la canción todavía en ellos”. Esas palabras me impactaron y me hicieron reflexionar.

Si de alguna manera resuena esa “canción” dentro de ti y no has podido cantarla, si donde estás ahora no es donde quieres estar y ves cómo otras personas han podido realizar sus sueños, tal y como quisieras realizar el tuyo, tal vez sea la hora de emprender y este es el mejor momento para hacerlo.

3 Habilidades de los emprendedores

Voy a hablarte sobre de las tres habilidades que necesitas hoy para convertirte en un emprendedor

1. Dale la bienvenida a los problemas

¿Sabías que, la raíz de todo emprendimiento es un problema?

Así que comencemos por revertir lo que comúnmente entendemos por “problemas”: esos inconvenientes que sufrimos y solemos achacar a la “mala suerte”.

Normalmente creemos que el emprendimiento depende de conseguir una idea y desarrollarla; esa es la razón por la que muchos emprendedores fracasan.

Entendamos que, en el emprendimiento, lo más importante es conseguir un problema e identificar la forma de resolverlo. Emprender consiste en cubrir esa necesidad que tienen muchas personas, a través del diseño de un producto o servicio y con ello iniciar un negocio que produzca ganancias.

Así que si quieres emprender, sigue estos tres pasos:

1)Mantén la mente atenta para detectar dónde están los problemas,

2)Piensa en una solución y

3)Comienza a transformarla en una idea de negocio.

Por ese camino, cuando lo consigas es muy probable que tu emprendimiento tenga éxito.

¡Las personas pagan para que le resuelvan los problemas!

2. Desarrolla una tendencia a la acción

Existen básicamente dos tipos de personas: las que se dedican a pensar y las que actúan. Ambas son valiosas, en tanto ocupen el lugar adecuado.

Los pensadores, cuando están frente a una posibilidad de negocio son las personas que están constantemente analizando los pro y los contra, el por qué y el para qué, haciendo planes de acción, planes de negocio y planes alternativos.

Pueden durar meses revisando documentos, pasar semanas hablando y confrontando ideas, argumentos y opiniones, convocando a reuniones tras reuniones y verificando cada detalle para que todo salga perfecto.

En el caso de un emprendedor, lo primero que tiene que hacer es actuar. Captar el problema, idear la solución, probarla hasta que funcione, luego mostrarla a cuantas personas pueda, hacer un plan de negocios y lanzarse, así el producto o servicio aun no esté tal y como desea.

Tendrá oportunidades para refinarlo, pero si espera a tenerlo “todo listo” antes de comenzar, puede que pase mucho tiempo, pierda el momento oportuno o que termine no haciéndolo.

Actuar es una actitud que debe ser desarrollada hasta transformarse en tendencia.

El miedo a la acción

Hablando de no hacer, una de las de emociones que más nos paraliza es el miedo.

Es como si tuviéramos dos perros en nuestra mente: el perro de los sueños y el perro del miedo. Se hará más fuerte el que más alimentemos y el del miedo es voraz, consume pesimismo, y hasta hay personas (malas compañías) que se toman el trabajo de llevarle la comida que le gusta, la que sabe a descreimiento e inseguridad, para que pueda susurrarnos “¡Cuidado con lo que haces! Tienes este dinerito, es poco, pero por lo menos te sirve para vivir”.

Lamentablemente, suele ser más fácil conseguir comida para el perro del miedo que la que prefiere el perro de los sueños, la del aroma que te inspira a alcanzar tus metas, lograr tus objetivos, asegurar tu libertad con tu propio negocio.

Si no nos ocupamos de minimizar el miedo, corremos el riesgo de que se transforme en algo peor: en arrepentimiento, en esa culposa interrogante de ¿qué hubiera pasado si…?

Más vale decirnos “menos mal que lo intenté, me equivoqué en algunas cosas, pero pude lograrlo”.

A propósito, el perro del miedo seguirá allí, pero cada vez más débil y delgado.

3. Desarrolla una mentalidad de emprendedor versus una mentalidad de “empleado”

Las personas que tienen mentalidad de empleado resumen su situación con la frase “yo trabajo, tú me pagas”. Su propósito no es invertir ni a corto ni a mediano ni a largo plazo, no entienden lo que significa un esfuerzo hoy para obtener un resultado en un año.

Cuando comencé mi blog y mi post “Liderazgo hoy”, por mucho tiempo estuve trabajando en las noches. Tenía un empleo igual que muchas personas. Llegaba a la casa a las 7 de la noche, cenaba, compartía con la familia y empezaba a trabajar en mi blog a eso de las 11. Muchos de mis amigos no entendían por qué lo hacía. Inclusive a veces se burlaban de mí con comentarios como ¿cuánto dinero has hecho estos últimos 3 meses trabajando todas las noches y fines de semana?

No entendían lo que es invertir hoy por algo que va a venir mañana, y comparto este recuerdo como una reflexión para todos ustedes. Entender este concepto te ayudará a desarrollar una mentalidad de empresario: trabajar hoy para tener resultados en el futuro.

Los empresarios siempre arriesgan algo, de manera controlada. Tienen planes alternativos para protegerse. Piensa de esa manera, internalízala más y más y te darás cuenta de que empieza a ocurrir. Vas a comenzar a despegarte del nivel mental de las personas que piensan como empleados, de aquellos que no entienden por qué trabajas más en esto, por qué le dedicas tantas horas a aquello, por qué te esfuerzas en algo que no te está dando dinero en este momento.

Les resulta inexplicable cuando dedicas todo un fin de semana a trabajar en un plan de negocios en vez de ver Netflix, pero es la manera que un emprendedor invierte en sí mismo hasta alcanzar lo que se propone: trabajar como nadie para, mañana, tener como nunca.

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