Organizar correctamente a los colaboradores en equipos productivos y eficientes, es uno de los retos más importantes que cualquier empresa debe enfrentar.
Por ende, para que cada uno de ellos pueda aportar productivamente, debe estar ocupando un rol específico dentro de la organización.
En consecuencia, se hace necesario hablar sobre tipos de roles en un equipo de trabajo, para que cada colaborador, esté ejerciendo su papel correctamente y pueda aportar ejecutando las tareas adecuadas para las que fue contratado.
Entonces, ¿cómo conocer cuáles son los distintos tipos de roles en un equipo de trabajo? ¿cómo asignarlos? ¿cómo relacionarlos entre sí?
En este artículo, desarrollaremos estos y otros aspectos necesarios para entender los roles en un equipo de trabajo.
¿Qué vamos a ver?
¿Qué es un rol en un equipo de trabajo?
Antes de entender los tipos de roles en un equipo de trabajo, debemos conocer su definición.
Los roles en un equipo, son las distintas funciones específicas que se deben realizar en un entorno laboral, con la finalidad de garantizar la productividad, efectividad y los buenos resultados en todo el equipo.
Uno de los grandes beneficios de conocer los distintos tipos de roles en un equipo de trabajo, es que contribuyen a una mejor comprensión y fortalecimiento de la identidad de la empresa.
También, ayudan a optimizar las habilidades y capacidades de cada uno de los colaboradores. Desde sus fortalezas, debilidades y hasta oportunidades de mejora, todo, con el objetivo de diseñar el rol perfecto para cada colaborador.
Asimismo, otra de las ventajas de conocer y entender los tipos de roles en un equipo de trabajo, es que permiten un mejor desempeño laboral de todos los departamentos, fomentando valores como la comunicación oportuna, la productividad y la eficiencia.
Importancia de los roles en un equipo de trabajo
Los diferentes tipos de roles en un equipo de trabajo, son de gran importancia a la hora de reducir la incertidumbre y dudas alrededor de un puesto de trabajo.
Es decir, sirven para disminuir la sobrecarga laboral, los conflictos entre colaboradores y para gestionar exitosamente cualquier tipo de exceso de demanda laboral.
Conocer los tipos de roles en un equipo de trabajo, también ayuda a esclarecer incompatibilidades entre las funciones de cada colaborador y sus roles, y disminuye las posibilidades de que se presenten situaciones de ambigüedad de rol. Es decir, cuando no están claras las funciones a desempeñar de acuerdo a cada rol.
Por otro lado, los tipos de roles en un equipo de trabajo, son importantes porque ayudan a identificar carencias y situaciones en donde se debe reforzar la gestión laboral.
Otro dato sobre la importancia de los tipos de roles en un equipo de trabajo, es que permite a las empresas, unir las actitudes, aptitudes y la fuerza de varios colaboradores con perfiles totalmente distintos.
¿El resultado? Todo deriva en un mejor logro de objetivos de forma más eficiente y, en consecuencia, se fortalece la productividad y rentabilidad de la empresa.
Hay que tener en cuenta que cada uno de los colaboradores aportará distintas ideas y en ese sentido, se logra un mejor rendimiento en general.
Por supuesto, dentro de los distintos tipos de roles en un equipo de trabajo, se deben respetar normas y establecer la figura de un líder que coordine todos los procesos.
¿Cuáles son los tipos de roles en un equipo de trabajo?
Según el Dr. Meredith Belbin, un gran investigador de esta área, existen 9 tipos de roles en un equipo de trabajo, basados en los atributos de cada comportamiento. A su vez, se dividen en tres categorías, roles de acción, roles mentales y roles sociales:
1- Impulsor
Son aquellos colaboradores capaces de hacer avanzar a todo el grupo.
Son individuos de acción, se motivan solos y motivan a otros sin importar las circunstancias. Son líderes naturales y actúan rápidamente ante cualquier crisis.
Por ejemplo, si se toma como referencia al equipo de marketing de un producto, el impulsor sería el director de producto.
2- Implementador
También son de acción, pero a su vez, son muy disciplinados. Mantienen el orden en sus entornos laborales, son prácticos y muy eficientes para llevar las ideas a un buen término.
Por ejemplo, un implementador podría ser un analista de negocios, que se rige por datos y trabaja evaluando las distintas formas, en las que se pueden volver más eficientes los procesos de la organización.
3- Finalizador
Es el último de los roles de acción.
Son aquellas personas dedicadas a trabajar para identificar detalles y buscar la perfección.
Tienden a ser más introvertidos, pero son muy valiosos porque incitan a otros a realizar trabajos de gran calidad.
Un ejemplo puede ser un asistente técnico.
Saben identificar problemas y buscan soluciones de forma eficiente y rápida.
4- El cerebro
Es el primer rol del tipo mental.
Son individuos innovadores, creativos y pensadores. Ayudan a equilibrar el equipo y prefieren trabajar con lluvia de ideas antes de compartirlas con el resto del equipo.
Suelen trabajar solos, pero sus aportes son muy valiosos.
Por ejemplo, un diseñador de productos o diseñador web, entre otros.
5- Monitor y evaluador
También es del tipo mental y son colaboradores que se caracterizan por ser pensadores racionales, capaces de hacer las emociones a un lado para resolver un conflicto. Trabajan mejor cuando se requiere de conocimientos profundos y de un plan estratégico.
Un ejemplo podrían ser los gerentes de proyectos sumamente organizados que unen los puntos de los distintos equipos.
6- Especialista
Es el último del tipo mental.
Son aquellos colaboradores que conocen con experticia su campo de acción, y prefieren contribuir en un área de especialización determinada. A pesar de que son muy independientes, aportan gran valor al equipo gracias a sus habilidades.
El mejor ejemplo acá podrían ser los programadores, analistas SEO o personal técnico del equipo.
7- Coordinador
Es el primer rol del tipo social.
El coordinador es una persona que tiene excelentes habilidades comunicacionales.
Promueven la colaboración y motivan al equipo para que cumplan con sus tareas y con los objetivos.
Por ejemplo, un coordinador podría ser un líder de desarrollo de productos o bien, un líder de equipo de marketing y comunicaciones.
8- Cohesionador
También pertenecen a los roles sociales, y son aquellos colaboradores extrovertidos, que ayudan a escuchar al resto de sus compañeros y se relacionan bien con todos.
Se adaptan a cualquier entorno y saben armonizar cuando hay algún conflicto.
Un ejemplo podrían ser los responsables de marketing del producto o ejecutivos de cuentas.
9- Investigador
Es el último de los roles sociales y de los 9 tipos de roles en un equipo de trabajo. Acá se encuentran aquellos colaboradores que tienen grandes habilidades sociales y disfrutan de explorar nuevas opciones.
Tienen una actitud positiva y son facilitadores natos de nuevas oportunidades de negocio.
Un ejemplo podría ser los investigadores de mercado o ejecutivos de ventas.
¿Cómo es la asignación de roles en un equipo de trabajo?
Para asignar los tipos de roles en un equipo de trabajo, se recomienda seguir estos tres pasos:
- Hacer una prueba de personalidad, que permita identificar y ubicar a los colaboradores en los distintos tipos de roles en un equipo de trabajo.
- Optimizar las fortalezas de todos los miembros, para que funcionen correctamente cada quien ejerciendo su rol.
- Revisar los roles de forma regular, para evitar que existan muchos colaboradores con las mismas fortalezas y hacer ajustes de ser necesario.
Cómo se organiza un Equipo de Trabajo
La estructura de un equipo de trabajo no es algo que surge espontáneamente, sino que se construye meticulosamente, teniendo en cuenta varios elementos esenciales que permiten su correcto funcionamiento.
1- Definir la Misión
En primer lugar, es crucial comprender el propósito y objetivo del equipo. ¿Cuál es la misión que se busca lograr? Esta claridad en el propósito proporciona dirección y actúa como una brújula, guiando todas las acciones posteriores.
2- Indentificar qué habilidades se necesitan
Una vez que se tiene claro el propósito, se deben identificar las habilidades y competencias necesarias para cumplir con dicho objetivo.
Es aquí donde la identificación de roles, tal y como se mencionó anteriormente, entra en juego. La elección correcta de los roles, basada en las habilidades y fortalezas de los colaboradores, garantiza un flujo de trabajo óptimo y eficiente.
3- La comunicación
El tercer paso es la comunicación. Un equipo bien organizado se comunica de manera clara y efectiva.
Esto implica establecer canales de comunicación adecuados, donde todos los miembros se sientan escuchados y valorados, fomentando un ambiente de trabajo colaborativo y sin ambigüedades.
La definición de metas y objetivos claros es otro pilar en la organización de un equipo. Estas metas deben ser específicas, medibles, alcanzables, relevantes y con un tiempo determinado para ser alcanzadas (SMART, por sus siglas en inglés).
Establecer metas claras permite al equipo tener una dirección y medir su progreso.
Otro factor clave es la flexibilidad. Aunque se haya hecho un meticuloso trabajo al definir roles y responsabilidades, siempre hay espacio para ajustes y adaptaciones.
Un equipo debe estar dispuesto a adaptarse a los cambios y afrontar los desafíos que surgen en el camino.
Finalmente, pero no menos importante, está la figura del líder o coordinador.
Esta persona será responsable de mantener unido al equipo, de resolver conflictos, garantizar que todos los miembros estén alineados con los objetivos y, sobre todo, de asegurarse de que el equipo tenga todo lo necesario para desempeñarse al máximo.
Entender correctamente los 9 tipos de roles en un equipo de trabajo, permitirá crear un entorno laboral equilibrado, productivo y eficiente. Solo basta con identificar las fortalezas de cada uno de los integrantes, para poder asignar un rol adecuado, que permita contribuir al fortalecimiento de metas y logro de objetivos.