Victor Hugo Manzanilla
Co-Fundador EGM™. Emprendedor en serie. Autor bestseller con 4 libros publicados. Ejecutivo con más de 15 años de experiencia en empresas Fortune 500. Su última empresa MicroSalt® cotiza en la bolsa de Londres por 20M. Graduado del programa Core de Negocios de la Universidad de Harvard y galardonado con el premio “Star Entrepreneur”. Actualmente es Mentor de varios negocios que facturan en conjunto más de $1billón de dólares al año.

Diferencia entre producto y servicio

Tener claro lo que vende nuestra empresa, es fundamental para enfocar las estrategias que nos permitirán alcanzar los objetivos deseados. ¿Deseamos vender productos? ¿servicios? ¿ambos?

En ese sentido, es menester conocer la diferencia entre producto y servicio, antes de definir la actividad comercial de la empresa. En efecto, de esto dependerá gran parte del éxito de la compañía.

A continuación, explicaremos detalladamente la diferencia entre producto y servicio, para poder establecer los aspectos clave, que ayudarán a implementar las estrategias de ventas adecuadas, ajustadas a cada caso.

¿Cuál es la diferencia entre producto y servicio?

El producto, hace referencia a un bien, objeto, artefacto, etc, que puede ser comprado o vendido, y, además, fue creado de forma natural o artificial, con la intención de satisfacer una, o varias necesidades.

El servicio, es cualquier acto o acción que una persona, empresa o institución, puede ofrecer a otra. Es generalmente intangible y no conlleva ninguna propiedad. De hecho, su producción, puede estar ligada o no, a un producto físico.

Tanto el producto como el servicio, representan la actividad comercial de una empresa. Es decir, para que un negocio tenga ganancias y pueda desarrollarse comercialmente, debe dedicarse a vender un producto o servicio, o ambos.

Ahora bien, partiendo de la definición de ambos, podemos establecer las siguientes 5 diferencias entre producto y servicio:

Diferencias Producto Servicio
  • Tangible/intangible
Esta es básicamente, la principal diferencia entre producto y servicio.

Al producto, se le pueden percibir sus sentidos, formas y dimensiones. Es decir, lo puedes ver, tocar, oler, sentir, y dependiendo del caso, se puede oír o degustar.

Al contrario, el servicio no se le puede percibir, es intangible, no se puede oler, tocar, etc.

Por supuesto, el servicio podría percibirse, pero solo si se ha consumido. Por ello, en el momento de la venta, el servicio suele ser un poco más difícil de vender que los productos.

En líneas generales, todos los servicios deben acudir a elementos tangibles para poder transmitir sensaciones e ideas, antes de ser comprados.

 

  • Involucramiento/adquisición
Los productos, siempre estarán ahí, así sean comprados o no por los clientes. Por ejemplo, un paquete de papas fritas en una tienda, estará ahí, la compren o no.

Los productos no se pueden personalizar, salvo en los casos en donde se les pueda brindar a los clientes, la posibilidad de elegir entre varios tipos de empaques, o las formas de envío.

Los servicios son ejecutables, solo si hay un cliente.

Por consiguiente, un restaurante, es un servicio y no un producto. El motivo, es que los alimentos que se sirven, las mesas, los mesoneros, chefs, etc, están presentes estén o no los clientes, pero solo en el momento en que estos solicitan una orden, es que se materializa.

Lo mismo sucede con los servicios médicos, o cuando se manda a hacer un traje con un diseñador, etc.

Los servicios pueden ser personalizados, de forma fácil.

  • Homogeneidad/heterogeneidad
El producto generalmente, se produce en masa, y es más fácil de estandarizar y evaluar antes de su posterior venta.

Si hay una falla, el producto siempre tendrá la posibilidad de ser devuelto y corregirse.  Sin embargo, para que esto ocurra, debe existir un buen control de calidad y cuidar de los procesos de posventa, seguimiento de los clientes, soporte, etc.

El servicio, se ofrece de forma individual, y en ese sentido, tanto el contexto, como las circunstancias, personas y otros factores, pueden afectar el servicio final.

Si hay una falla, el servicio no se puede corregir una vez se ofrece. Lo que sí puede hacer, es estandarizar lo más posible, y tener un plan B en caso de una irregularidad.

Por ejemplo, muchas pizzerías, ofrecen una pizza gratis en caso de que la entrega se tarde más de 30 minutos.

  • Almacenable/perecedero
A todos los productos se les puede almacenar, inventariar y preservar por un buen período de tiempo. Los servicios no se pueden almacenar ni preservar, son efecto, perecederos.

Por ejemplo, si no se alquila la habitación de hotel por un día, ese ingreso no se puede recuperar.

  • Necesidad/confianza
Los productos son eficientes mientras puedan satisfacer las necesidades para las que fueron creados.

Por ejemplo, un shampoo que tiene ingredientes nutritivos y en efecto, suaviza el cabello, puede considerarse como eficiente.

En los servicios, la calidad y eficiencia se basan mayormente, en relaciones de confianza.

Por ejemplo, si se contrata un servicio de seguridad informática, o asesoría de marketing, y se establece una relación de confianza entre las empresas que ofrecen estos servicios, los procesos y los clientes, se les puede considerar como eficientes y de calidad.

Semejanzas entre productos y servicios 

Evidentemente, también se pueden establecer semejanzas entre productos y servicios. No obstante, la semejanza más relevante es que tanto el producto como el servicio, se enfocan en satisfacer las necesidades de los clientes.

Incluso, se pueden dar escenarios en donde una misma necesidad, pueda satisfacerse tanto por un producto como un servicio. Es decir, que tanto el producto como el servicio se unan y formen un objeto o prestación, que soluciona la necesidad de uno o varios consumidores.

Otro punto semejante entre productos y servicios, es la relación de confianza con los clientes. Si bien, en el caso de los servicios es básicamente esencial, en los productos también debe generarse una buena relación de confianza.

En otro orden de ideas, los productos deben tomar en cuenta los servicios que hay alrededor de ellos, ya que, en conjunto, forman parte de la experiencia de compra de los clientes.

Para concluir, es importante entender que tanto los productos y servicios, tienen necesidades distintas, pero esto no implica que uno sea mejor que el otro. La clave está en considerar las diferencias entre ambos, y establecer la opción que más se adapte a tus objetivos empresariales y comerciales.

Recuerda, el objetivo, siempre debe ser generar una mayor rentabilidad a tu negocio. Por ello, es conveniente saber la principal diferencia entre producto y servicio y a partir de ahí, desglosar el resto de aspectos diferentes, para elegir la alternativa que consideres, tiene mayor potencial de ventas, ganancias y éxito empresarial.

 

 

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